miércoles, 29 de agosto de 2012

Estamos


“…Y cuando digo usted, usted no existe para mí, y sin embargo, ¡vaya si existe! Porque usted y yo somos este encuentro desde tiempos y espacios distintos, una anulación de esos tiempos y esos espacios, y eso es siempre la palabra y la poesía. Digamos, entonces, que estamos juntos…”

[Julio C.]

martes, 28 de agosto de 2012

(Bitter) Taste


Es curioso, porque en el fondo uno sabe bien que empezar y terminar es cosa de cada día, pero la costumbre es tan peligrosa que se lleva hasta el placer de reconocer al sol.
Pero (palabra tan puta) cuando uno voltea hacia sus adentros parece inevitable reconocer que la vida a veces tenga el aspecto rancio que tiene el papel carbónico. Entonces uno, muy putamente aventurero, pega un salto al abismo, como si de esa caída libre se tratara la vida. Y pasa que de eso se trata la vida, pero nunca se está lo suficientemente preparado para afrontarlo.

Da igual. Ahora da igual. Ahora vuelvo a lo mismo, ahora vuelo a lo mismo. Lo que piense, lo que sienta, lo que haga… Ahora da igual. Porque el final me queda escapar, mientras  todo fluye hacia la nada misma.

"Nada, realmente nada, pero sucede que nada más nada no da nada sino que a veces da un poquito de algo." [J.C.]




[LUK]

viernes, 24 de agosto de 2012

Como si se pudiese elegir en el amor


“Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio.”
Rayuela, Julio Cortázar

viernes, 17 de agosto de 2012

(enjoy) the silence


Resulta que un buen día las conclusiones que a uno tanto le costaron alcanzar, son desalojadas. Y un buen día resulta que ser incomprendida no está mal y es razonable, y resulta que sería muy triste que el sujeto comprensivo termine por comprender al objeto de comprensión tal como este se presenta. Claramente, es demasiado improbable. Sin embargo, vuelve cada día la sensación de que nadie entiende lo que uno está diciendo, y ahí está la clave: no hay necesidad de decir nada sino más bien de silenciarlo. No es la forma de comprenderse, pero sí de despojarse de la frustración. Es ahí cuando dos personas se encuentran, en los silencios, donde probablemente no importa que se comprendan porque de los pactos de silencio nace algo que va mucho más allá: la conexión. Si el silencio no logra sustentabilidad suficiente como para trascender frente a cualquier obstáculo sonoro, entonces ya no queda nada por hacer.


[Luk]

Idilio literario


Todo empezó, como casi siempre, ante la presencia de situaciones inesperadas, en simultáneo con la falta de criterios para tomar decisiones y considerarlas acertadas. Entonces, como el mundo sigue “funcionando” y el tiempo pasando, la vida hizo lo que quiso conmigo y esto no se debe a no haber tomado una decisión, sino más bien a haber decidido hacer exactamente nada. Y es fundamental ser conciente de esta brutal diferencia, porque cuando uno hace nada también está decidiendo, sólo que la sensación es distinta y reside en el hecho de creer que de esta forma no se acarrea ningún tipo de responsabilidad ante semejante falta de acción, ya que es la vida la que siguió pasando y no uno.
Después llegó la crisis, que derivó en el cambio, que trajo como consecuencia confusión. Confundirse genera inseguridad, pero contrario a ser malo suele ser una posibilidad de reconstruir donde se pisa. En estos casos el alma crece de golpe. Se vuelve más grande y uno no lo nota sino hasta que alcanza el estado de preestallido, y la experiencia carente en el manejo del nuevo tamaño del alma, resulta en la torpeza.
Y de repente, un día como cualquier otro (es decir, totalmente distinto), la nostalgia me encontró vacía y no pude comprender cómo pasó, cómo pude alejarme tanto de mis ansias literarias.
Entonces necesité un libro. Uno que atenuara el trabajo de explicarme a mí misma lo que me estaba pasando (los libros siempre cumplen, entre otras funciones, la de poner en palabras lo que uno vuelve tan silencioso).
Entonces compré un libro y volví a sentir esa desesperación casi idílica de no poder sacarlo de la cartera hasta terminar de hacer todas esas cosas que tan poco me importan pero tan importantes parecen ser.


[Luk]

miércoles, 15 de agosto de 2012

"Consejos de un padrino"

Hola Luk. En primer lugar no tomes mis opiniones como certeras, tener más años y experiencia me pueden dar una ventaja pero Descartes dijo "creer que se ha encontrado la certeza, es ser necios". Si lo entendés así me siento más libre de poder equivocarme. Vos tenés dudas, yo también.
 
Yo creo que eso de unir los puntos para atrás es comprender que no siempre podés planificar todo. Los puntos siempre se van a unir, pero ¿cuáles puntos? ¿los que estás viendo ahora? puede ser, puede que no... "sólo se trata de vivir". Lo bueno es mirar para atrás y hacer el ejercicio que hace Steve Jobs, de razonar qué puntos se unieron. En mi caso, se unieron unos que esperaba y otros que descubrí al andar, y ahora tengo un montón de sueños que debo archivar, nunca serán como los soñé. Eso es lo más doloroso, el sueño de envejecer junto a quien más quería, fue. Lo bueno es que tengo que andar un camino que no imaginé, a mis 51 es como una aventura, tengo una libertad no deseada y que pago muy caro, pero tengo algo nuevo y debo buscar la forma de no desaprovecharlo. Ahora sé menos que vos sobre que puntos se unirán en mi vida. Por primera vez siento que estoy haciendo camino al andar. Y hasta me causa gracia recordar como planeaba "el resto de mi vida", todo eso es basura, se la llevó el camión recolector y yo tengo que inventar cada día. "Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio". Como sea ya estoy transitando nuevos puntos inimaginados para mí y no pienso perdérmelo.
 
En tu caso es tanto lo que deseas para el futuro que podés imaginar lo que quieras. Y es tanto lo que tenés por andar que vale la pena incluso equivocarte. Pensá en tu futuro sin dejar de disfrutar el hoy y siempre tené un "plan B" ya que nadie te puede asegurar lo que vendrá. Y si no tenés ese otro plan, tené la cabeza abierta para acomodarte a la situación. No hagas como los que se pasan toda una vida lamentándose lo que no pudieron o no supieron conseguir. Eso dice Jobs, ante cada cosa mala que le pasó encontró un nuevo camino que fue más exitoso que el anterior. Eso intento yo ahora. Seguí pensando y reflexionando como lo hacés, es bueno que tengas dudas y conflictos. La duda tiene beneficios, permite optar, la certeza te obliga a ir en una sola dirección. Acordate lo que dijo Descartes.
 
¿Qué haría si hoy es mi último día? Diría los "te quiero" que tengo guardados, abrazaría largamente a mis hijos, les diría que sigan siendo buenos tipos y que nunca se traicionen a si mismos, pondría a los Beatles en el stereo del auto y me iría a comer un asado al lado de un río, elegiría un buen malbec que siempre está en mi bodega esperando una "buena ocasión" y lo bebería con mis amigos (con alguno hasta desperdiciaría el buen malbec sin arrepentirme), si tuviera una mujer que quisiera se lo diría y le haría el amor sin ningún remordimiento porque siempre fui leal, vería "El Padrino" una vez más comiéndome un helado de sabayón... Qué se yo. No se trata de esas cosas ¿no? Se trata de vivir todos los días como si fuera el último, entonces hay que trabajar y como trabajo de lo que me gusta, lo haría, pero no me olvidaría de besar a cada hijo al irme y volver del hospital, los escucharía un poco más de lo que pido que me escuchen, atendería a cada pacientes como si fuera el único, sería más paciente con mis colegas, no protestaría por mi bajo salario todo el tiempo, me tomaría más de media hora para almorzar y lo haría sentado disfrutando cada bocado, mandaría al carajo a esa obra social que nunca paga y me obliga a trabajar como no me gusta, haría algo divertido... una cosa divertida por día es un buen proyecto, no divertirse o por el contrario, vivir de joda, es desperdiciar la vida ¿no te parece?
 
[José Luis Barisani]

lunes, 13 de agosto de 2012

Sal con una chica que lee

Sal con una chica que lea. Sal con una chica que se gaste el dinero en libros en vez de en ropa. Que tenga problemas de espacio en el armario porque tiene demasiados libros. Sal con una chica que tenga una lista de libros que quiere leer y carné de la biblioteca desde los doce años.

Encuentra una chica que lea. Sabrás que lo hace porque siempre llevará un libro a medias de leer en el bolso. Será la que mire con amor las estanterías de la librería, la que llora silenciosamente cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves la chica rara que huele las páginas de los libros viejos en una librería de segunda mano? Esa es la lectora. Nunca se pueden resistir a oler las páginas, especialmente si están amarillentas.

Es la chica que lee mientras está esperando en la cafetería del final de la calle. Si echas un vistazo a su taza, verás que la crema del café está flotando en la superficie porque ya está absorta. Perdida en un mundo que el autor ha creado. Siéntate. Probablemente te mire fugazmente, como la mayoría de las chicas que leen no le gusta ser interrumpida. Pregúntale si le gusta el libro.

Invítala a otra taza de café.

Hazle saber que lo que piensas de Murakami. Comprueba si ha pasado del primer capítulo de La Comunidad del Anillo. Entiende que si te dice que entendió el Ulysses de James Joyce sólo te lo dice para sonar inteligente. Pregúntale si le gusta Alice o si le gustaría ser Alice.

Es sencillo salir con una chica que lea. Regálale libros por su cumpleaños, por Navidad y por los aniversarios. Dale el regalo de las palabras, en poesía, en canciones. Regálale a Neruda, Pound, Sexton, Cummings. Hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Entiende que ella conoce la diferencia entre los libros y la realidad, pero por dios que va a intentar hacer su vida un poco como su libro favorito. Nunca será tu culpa si lo hace.

De alguna manera tiene que intentarlo.

Miéntele. Si entiende la sintaxis, entenderá que necesitas mentir. Tras las palabras hay otras cosas: motivaciones, valores, matices, diálogos. No va a ser el fin del mundo.

Fállale. Porque una chica que lee libros sabe que el fracaso siempre lleva hasta el clímax. Porque ellas entienden que todas esas cosas tendrán un final. Y que siempre puedes escribir una secuela. Y que puedes empezar otra vez, y otra y seguir siendo el héroe. Que la vida está destinada a tener un villano o dos.

¿Por qué estar asustado de todo lo que no eres? Las chicas que leen entienden que esa gente, como los personajes, evolucionan. Excepto en la saga Crepúsculo.

Si encuentras una chica que lea, mantenla cerca. Cuando la encuentres a las 2 de la mañana sosteniendo un libro contra su pecho y llorando, hazle una taza de té y abrázala. Puedes perderla por unas cuantas horas, pero siempre volverá a ti. Hablará como si los personajes del libro fuesen reales, porque durante un rato, siempre lo son.

Te declararás en un globo aerostático. O durante un concierto de rock. O casualmente la próxima vez que esté enferma. Por Skype.

Sonreirás con tantas ganas que te preguntarás por qué tu corazón no ha explotado y la sangre no está corriendo ya por tu pecho . Escribirás la historia de vuestra vidas, tendréis hijos con nombres extraños y gustos aún más extraños. Les presentará a vuestros niños al Gato Garabato y a Aslan, quizá el mismo día. Pasaréis los inviernos de vuestra vejez juntos y ella recitará a Keats en voz baja mientras te sacudes la nieve de las botas.

Sal con una chica que lea porque te lo mereces. Te mereces una chica que pueda darte la vida más colorida imaginable. Si sólo puedes darle monotonía y horas aburridas y compromisos a medias, entonces estás mejor solo. Si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, sal con una chica que lea.

O mejor aún, sal con una chica que escriba.

[Rosemarie Urquico]


Conozco esas lágrimas que no caen y se consumen en los ojos, conozco ese dolor feliz, esa especie de felicidad dolorosa, ese ser y no ser, ese tener y no tener, ese querer y no poder.

[Saramago]

Los humanos son divertidos…


"... Algunos tienen miedo de mostrar la más mínima señal de afecto por miedo. Miedo a que sus sentimientos no sean reconocidos, o peor aún, regresados. Pero algo de los seres humanos que me intriga más es su consciente esfuerzo de estar conectado con el objeto de su afección, incluso si eso los mata lentamente."


[S. Freud]

Te saco del cuarto


Te saco del cuarto
pero no de mi vida.
Te ponés triste
me hablás como grande
y me hago pequeño,
muy chiquito más que tú
y ya no sé,
por qué me hice grande
y los grandes nunca saben;
y te dejo triste y yo confundido
desorientado y testarudo,
como grande que soy…
Pero no quiero hacerte triste.

Cuando te saco del cuarto
no te saco de mi vida.


[Yo no quiero hacerte triste, Ennio Tucci]

Un aire invernal de dormitorio en la piel


El sexo es una atmósfera distinta, que refracta el tiempo y sentido, un hiperespacio biológico tan lejano de la existencia consciente como los sueños...

(El lujo de estar medio dormido, explorando sin riesgo los márgenes de la psicosis)


[Ian Mc Ewan]

Otto en los ojos de Ana


Cuando hace frío la mayoría de las cosas van más deprisa, o llegan antes. Me refiero a las casualidades. Me encanta que haga frío.

Voy a quedarme aquí todo el tiempo que haga falta. Estoy esperando la casualidad de mi vida, la más grande, y eso que las he tenido de muchas clases. SI. Podría unir mi vida uniendo casualidades.

[Los Amantes del Círculo Polar]

viernes, 10 de agosto de 2012

Del otro lado



"... No te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta..."
[Julio- Rayuela]

Ese vértigo de quedarte.


A esconderte o a mostrarte mucho.
Ese cuidado de cuidarte tanto para acabar narrando tu historia,
tu verdad con pelos y señales a un desconocido.
Esas ganas de huir, de salir corriendo cuando alguien muestra que empieza a conocerte,
aunque no te reveles.
Ese vértigo de quedarte.
Esa indomable sed de alguien y de no estar con nadie.
De envolver las caricias en palabras.
Esas ganas de cambiar sin renunciar a nada.
Esa hambre de imposibles.
¿cómo pensar en esa confusión contradictoria?
Es verdad, es mentira, está bien y está mal y no hay salida.
Nada que hacer. Tómate un vaso de agua. 



H.A. Faciolince

martes, 7 de agosto de 2012

El juego en que andamos

Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.

Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.

Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.

Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte. 


[Juan Gelman]

“No me guardes rencor por mi largo silencio; sería mucho más horrible si supieras de cuántos fragores y sordos ruidos se componía este silencio.”

 

[J. C.]