martes, 19 de abril de 2011

Amor a primera vista



Ambos están convencidos de que los ha unido un sentimiento repentino.
Es hermosa esa seguridad,
pero la inseguridad es más hermosa.


Imaginan que como antes no se conocían
no había sucedido nada entre ellos.
Pero ¿qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos
en los que hace tiempo podrían haberse cruzado?


Me gustaría preguntarles
si no recuerdan
-quizá un encuentro frente a frente
alguna vez en una puerta giratoria,
o algún "lo siento"
o el sonido de "se ha equivocado" en el teléfono-,
pero conozco su respuesta.
No recuerdan.


Se sorprenderían
de saber que ya hace mucho tiempo
que la casualidad juega con ellos,


una casualidad no del todo preparada
para convertirse en su destino,


que los acercaba y alejaba,
que se interponía en su camino
y que conteniendo la risa
se apartaba a un lado.


Hubo signos, señales,
pero qué hacer si no eran comprensibles.
¿No habrá revoloteado
una hoja de un hombro a otro
hace tres años
o incluso el último martes?


Hubo algo perdido y encontrado.
Quién sabe si alguna pelota
en los matorrales de la infancia.


Hubo picaportes y timbres
en los que un tacto
se sobrepuso a otro tacto.
Maletas, una junto a otra, en una consigna.
Quizá una cierta noche el mismo sueño
desaparecido inmediatamente después de despertar.
Todo principio
no es más que una continuación,
y el libro de los acontecimientos
se encuentra siempre abierto a la mitad.



Wislawa Szymborska
"Toda la tarde, hasta entrada la noche, subí y bajé de los autobuses pensando en la flor y en Luc, buscando entre los pasajeros a alguien que se pareciera a Luc, a alguien que se pareciera a mí o a Luc, a alguien que pudiera ser yo otra vez, a alguien a quien mirar sabiendo que era yo, y luego dejarlo irse sin decirle nada, casi protegiéndolo para que siguiera por su pobre vida estúpida, su imbécil vida fracasada hacia otra imbécil vida fracasada hacia otra imbécil vida fracasada hacia otra."

(J. C.)

domingo, 3 de abril de 2011


El docente partió al frente de batalla en forma voluntaria el 12 de abril de 1982 y su destino fue Puerto Argentino. Su muerte se produjo el 10 de junio del 1982, en acciones de guerra.

El siguiente es el texto de la carta fechada en Puerto Rivero, el 29 de abril de 1982.


"A mis queridos amigos queridos alumnos de 3* D: No hemos tenido tiempo para despedirnos y esto me tuvo preocupado muchas noches aquí en las Malvinas, donde me encuentro cumpliendo mi deber de soldado: defender nuestra bandera.

"Espero que ustedes no se preocupen mucho por mí, porque muy pronto vamos a estar juntos nuevamente y vamos a cerrar los ojos y nos vamos a subir a nuestro inmenso cóndor, y le vamos a decir que nos lleve a todos al "país de los cuentos", que como ustedes saben queda muy cerca de Las Malvinas. Y ahora como el maestro conoce muy bien Las Islas Malvinas no nos vamos a perder.

"Chicos quiero que sepan que a la noche cuando me acuesto, cierro los ojos y veo cada una de sus caritas pequeñas riéndose y jugando; cuando me duermo sueño que estoy con Uds. Quiero que se pongan muy contentos y que estudien mucho porque su maestro es un soldado que los quiere y los extraña.

"Ahora solo le pido a Dios volver pronto con ustedes. Muchos cariños de su maestro que nunca se olvida de ustedes.

"Señora además desearía hacer llegar mi recuerdo y saludos a todo el personal: a la Sra. Silvana, al Sr. Galo, Cristina, Nora Mercedes, Bárbara, Isabel y a todos los docentes de mi turno y de la escuela. A la Sra. Alicia quisiera que sepa qué extraño mucho su mate de las 13 hs, y espero pronto volverlo a saborear ya que aquí el desayuno es una especie de mate cocido mezclado con cal de albañil y hasta un poco de cemento, nada de azúcar.

"Habiéndole distraído demasiado su atención pero sintiéndonos por un instante con ustedes. Me decido a concluir estas líneas con la esperanza de encontrarme a la brevedad con ustedes. Afectuosamente. Julio", concluye la misiva.


(Julio R. Cao)