sábado, 19 de mayo de 2012


Vagus Quidam


La angustia insoportable de todo silencio que exceda de un segundo, que amenace prolongarse. Es que si durara, nos miraríamos. (Los tan sabidos rostros que un día, en un instante más puro, vemos repentinamente como son, y que retroceden instantáneamente a su expresión- la que ponemos). (J. C.)



Era el vértigo de la lengua con la palabra en la punta.
Era claramente un lugar del que no había escapatoria, del que me sentía responsable de prevenir al mundo. Yo lo sabía y, aunque me retorciera en la tristeza, no había nada por hacer. Las circunstancias estaban planteadas, Alea Jacta Est.
Parecía estar ahí desde hacía mucho tiempo, tanto que empezaba a perder la noción, incluso el interés. La salida no se presentaba como un camino complicado, como sugería la oscuridad de la noche, sino un camino intransitable. Intransitable, quizás. Intransitable, no sé.

Pero sentía esa tristeza, y era un sueño, y las tristezas de los sueños son lo que a uno le pesa cuando se despierta.

Quizás era el vértigo de la lengua con la palabra en la punta.


(“No me afligí. Era otra cosa, un sentimiento que no existe de este lado.” J. C.)



Luk.-

Aeh... (I sighed)



“... And 'aeh' (I sighed) but then
 then I wrote this declaration
just in case the world end


Our guns...
We shot them in the things we said
ah we didn't need no bullets
cos we rely on some words instead
 

and we'd kill ourselves laughing
at the funny things we'd say


yawn and smile say
'what direction shall we take?'


'Somewhere where it warm and wet'
this be the route we'd always take and


('on the attack now on the attack')


And battles
they happened in these dancehalls
see we'd rather fight with music
choosing one the rhythm war
battle at these shakedowns
and we battle at these gigs
we do battle in our bedrooms
made some sweet love to the beat...”