Y que esta
noche termina mal, que esta noche nos matamos, que esta noche la madre es puta
porque la bronca hay que dejarla salir en cuotas y con madres putas (y de paso La Boca y un tango de fondo, pero sobre todo la boca)…
Y de repente
el olor a cuerpo, a sexo, a incertidumbre y mañana por la mañana.
Y los
detalles. Enamorarnos de los detalles. Y la palabra “enamorarnos”. Y armarnos y
desarmarnos nada más que para volvernos a armar de una manera distinta, o a
amar (también de una manera distinta), y de repente vos.
Y jugar a
volvernos locos una noche en que la luna tal vez está transitando el cuarto
menguante o qué puta importa la luna cuando ya hemos perdido el interés en
marcar los tiempos.
Y de
repente brindar por la primera de las últimas veces en que brindamos y etcétera
de luna llena y corazón contento, y después de un guiño no se hable más.
Y de
repente y reincidentemente vos.-
[Luk]
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