
Podría dar
la fórmula química de la lágrima. Pero sería una tontería. Todos sabemos que la
lágrima no es nada más que unas letras mayúsculas y unos números chiquitos, un
líquido que sirve para lavar el globo ocular, corno dijo una vez un crítico en
un comentario literario.
La lágrima lava también otras cosas.
La lágrima abre su corola celeste sobre un signo
de interrogación. A veces es una pregunta. A veces es una respuesta. Pero
siempre es un mensaje. Pero siempre es una mano que se tiende, suplicante y
abierta, en busca de otra mano que la estreche.
Y nace lejos de los ojos.
Nace en una región de adentro, ésa que el miedo
paraliza; ésa que la emoción o la tristeza dejan un instante como suspendida en
el aire, igual que cuando bajamos en un ascensor demasiado rápido; ésa que
evidencia que existe justamente en el momento en que la amargura la define con
un cosquilleo, con una vuelta de tuerca, con un temblor.
¿Qué es una lágrima?
Una lágrima es, un poco, decir adiós a lo que los
ojos vieron antes de la lágrima.
Porque las imágenes anteriores ya no serán las
mismas.
Porque cada vez que las miremos, después de la
lágrima, las imágenes estarán impregnadas de su humedad salada, de ese sombrío
fuego que quemó nuestros párpados.
Nada es igual después de una lágrima.
Ni la alegría, ni el dolor, ni la luz, ni la fe,
ni la amistad, ni el amor.
Pero creo que lo que más cambia una lágrima... es
al ser que la llora.
(...)
Esa lágrima que, no sé por qué magia, por qué
milagro inesperado, disolvió las espinas que suelen ir creciendo en las
personas que se aman, y las van arañando sin que lo adviertan, y van impidiendo
que uno se acerque al otro por miedo a lastimarse y por miedo a lastimar, y uno
no quiere decir que las ve, que las toca, que las siente, sino que cierra los
puños y los ojos y las niega, las niega, las niega. Tres veces, como Pedro,
antes que cante el gallo de la lágrima y despierte la verdad y, por fin,
despierte la verdad. .. sin fórmulas químicas, sin ecuaciones, sin tontos
prejuicios... Todo por una lágrima, una simple lágrima. Esa que atora al mundo, y el mundo... Se empeña en
no llorar.
[P.B.]