La pequeña muerte
No nos
da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su
vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces
de dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro,
porque nacer es una alegría que duele. Pequeña muerte, llaman en Francia a la
culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra
y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande
ha de ser, si matándonos nos nace.
[E. Galeano]
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