domingo, 17 de junio de 2012

A papá.


Hace mucho que no te escribo, y la verdad no sé por dónde empezar.
Quizás no te escribo porque no hay palabras cuyo significado sea suficiente.

Podría limitarme a decirte GRACIAS, y al abrazo posterior, y aún así quedarme cortísima.

Pero que valga el intento…

Gracias, principalmente, por eneseñarme a soñar (Durmiendo sueño lo que despierto sueño. Y mi soñar es continuo).
Por mostrarme que el mundo de los libros es un lugar donde uno puede seguir siendo pequeño para siempre (te acordás que siempre me traías las revistas de “La Pequeña Lulú”? Yo creo que fue el gran comienzo de mi amistad con la literatura).
Gracias por cada domingo al mediodía lleno de música (casi siempre de Los Beatles) (después de un sábado a la noche de película en la cama, donde no sé cómo, pero entrábamos todos).
Gracias por dibujar conmigo una realidad que está  más allá de lo cotidiano y banal.
Gracias por transmitirme desde siempre y hasta siempre tu parte sensible, la que también llevo puesta, y que nos permite vivir la vida tan intensamente.
Gracias por dejarme saber que me entendés.


Gracias porque sé que “…me darías un mundo. Te debo un mundo.” (Antonio Porchia).

[Luk]

No hay comentarios:

Publicar un comentario