"Quería tan sólo intentar vivir aquello que tendía a brotar espontáneamente de mí. ¿Por que había de serme tan difícil?"
" Si no fuéramos algo más que individuos aislados, si cada uno de nosotros pudiese realmente ser borrado por completo del Mundo por una bala de fusil, no tendría ya sentido alguno relatar historias. Pero cada uno de los hombres no es tan sólo él mismo; es también el punto único, particularísimo, importante siempre y singular, en el que se cruzaron los fenómenos del Mundo, sólo una vez de aquel modo y nunca más. Así, la historia de cada hombre es esencial, eterna y divina, y cada hombre, mientras vive en alguna parte y cumple la voluntad de la Naturaleza, es algo maravilloso y digno de toda atención. En cada uno de los hombres se ha hecho forma el espíritu, en cada uno padece la criatura, en cada uno de ellos es crucificado un redentor.
Muy pocos saben hoy lo que es el hombre. Muchos lo sienten, y , por sentirlo, mueren más aliviados, como yo moriré más aliviados cuando termine de escribir esta historia.
No soy hombre que sabe. He sido un hombre que busca y lo soy aún, pero no busco ya en las estrellas ni en los libros: comienzo a escuchar las enseñanzas que mi sangre murmura en mí. Mi historia no es agradable, no es suave y armoniosa como las historias inventadas; sabe a insensatez y a confusión, a locura y sueño, como la vida de todos los hombres que no quieren mentirse más a sí mismos."
"Demian". Hermann Hesse.
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